240/150 mmHg

Últimamente he estado un poco delicado de salud y, aunque hiciera caso omiso a los médicos, parecía que estaba yendo a mejor. Y digo parecía, porque, hace unos días mientras estaba trabajando, empecé a sentir una presión bastante fuerte en la cabeza, dolor epigástrico, taquicardia y una ligera disnea. Preocupado por sufrir un mal mayor, fui al hospital San Giovanni Evangelista en Tivoli.

A los pocos minutos de llegar fui atendido con bastante celeridad por el equipo médico y fui trasladado a la U.T.I.C. debido a una crisis hipertensiva severa. Afortunadamente todo quedó en un susto. Mi hipertensión se debía a mi malsana costumbre de fumar y beber café como si no hubiera un mañana. Es cierto que lo había dejado con anterioridad, pero, volví a recaer, soy humano.

Después de estar una semana ingresado en el hospital pude volver, con cierto aire apesadumbrado, a mi rutina diaria. Ahora toca vida sana in corpore sano.

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